viernes, 23 de octubre de 2009

Una Mirada a Perú en las Eliminatorias


Terminó otra eliminatoria con el mismo resultado amargo desde 1,985, el de la eliminación. Tanto se repite que cada vez vemos más lejana la posibilidad de asistir. Revisemos algunos aspectos sobre la peor campaña peruana comparable solo con la de 1,989 para el mundial de Italia 90.
Observando las estadísticas, hay un hecho que se ha venido acentuando desde la casi clasificación para el mundial de Francia 98. Desde entonces, la campaña peruana ha ido empeorando no sol en la posición final, sino también en los resultados de escándalo. Hasta 1,993 la selección peruana nunca había sido goleada en un partido por eliminatorias hasta que en ese año Colombia venció a Perú 4 a 0 en Barranquilla buscando el boleto para Estados Unidos 94. A partir de ahí, las goleadas se han repetido. Revisemos:

Para el mundial Francia 98, 4 a 1 frente a Ecuador en el debut y 4 a 0 ante Chile en el partido que definió la clasificación.
Para el mundial Japón Corea 2002, frente a Paraguay 5 a 1 en Asunción y ante Venezuela 3 a 0, un resultado inaudito hasta ese momento.
Y las cosas empeorarían. Buscando el pase a Alemania 2006, Colombia nos dio una paliza de 5 a 0 y Venezuela repitió con un 4 a 1.
Y en esta última campaña, Ecuador nos goleó 5 a 1, Uruguay 6 a 0 (la peor derrota en eliminatorias hasta el momento), y Bolivia y Brasil ambos por 3 a 0. El mismo resultado se hubiera obtenido con Venezuela (otra vez) si los llaneros no hubieran anotado un auto gol casi imposible.
La estadística muestra una tendencia constante a obtener malos y peores resultados. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿No hay más futbolistas peruanos jugando en algunas de las ligas más competitivas del mundo? ¿No se supone que deberían la experiencia de jugar en ellas debería hacerlos mejores jugadores? ¿No hay más futbolistas peruanos jugando en el extranjero que antes? ¿Qué sucedió en esta ocasión?
Los males endémicos del fútbol peruano parecen acentuarse. El equipo parece no tener fuerza moral para soportar la presión de un partido, en especial los más críticos o difíciles. Son fácilmente avasallados por el rival una vez que encajan el primer gol. El afán de lucha desaparece y los jugadores se convierten en sombras deambulando por la cancha observando como el rival desarrolla su juego sin encontrar casi ninguna oposición. Casi hasta parece que hubieran recibido un castigo al alinearlos para un encuientro.
En esta ocasión también se percibió falta de compromiso con el equipo en alcanzar el objetivo de clasificar. El caso del hotel Golf Los Incas lo ilustra muy bien. Jugadores estrellas del equipo gozando de la gran vida con mujeres durante la concentración como si fueran jeques árabes disfrutando de su harén. Y lo más grave de todo es que se trató de jugadores que se supone están acostumbrados a la disciplina que se les impone en los clubes del extranjero para los que juegan,y una vez que llegan aquí hacen lo que les viene en gana. También está el caso de Paolo Guerrero que no está muy claro aun. Era evidente que se caía solo durante el partido ante Brasil aquí en Lima. Luego se dijo que había estado hasta altas horas de la noche del día anterior en la calle cuando debió haber estado concentrado. Aunque la justicia le ha dado la razón, su desempeño en el partido dejó muchas dudas. Una falta de respeto además con la afición que deposita su esperanza en ellos.
Otro punto es la fragilidad defensiva de la que siempre hemos hecho gala. Aunque esté en uno de sus mejores días, a la selección peruana (y a los clubes también) les llegan muy fácilmente. Los defensas se comen los amagues, no son capaces de frenar las combinaciones del rival. Parece que hubiera más jugadores rivales que los nuestros pues siempre tienen a alguien libre que reciba el balón y con quien se pueda jugar. En ocasiones da la impresión de que estuvieran jugando "camote" con nosotros. Es una constante que no ha podido ser erradicada de nuestro fútbol por años.
Para rematar la situación, el entrenador José del Solar no estuvo a la altura de las circunstancias. Es cierto que en los otros procesos los resultados fueron malos también, y el tener entrenadores de categoría como Francisco Maturana o Paulo Autuori no garantizó por lo menos una actuación decorosa en las eliminatorias. Pero los yerros y desaciertos campearon en el comando técnico. Siempre dio la impresión de que no sabían exactamente qué hacer. Ejemplo de ello son las diferentes convocatorias hechas con futbolistas cuyo llamado era muy discutible e insospechado por decir lo menos. El juego del equipo se veía tan impreciso y perdido que uno se preguntaba qué cosa era lo que hacían durante los entrenamientos. Salvo por algunas jugadas que se veían preparadas, el desempeño de la selección siempre fue errático, sin saber que hacer con el balón.
En conclusión, fue una suma de factores que produjo las funestas consecuencias deportivas que conocemos. La peor campaña de la historia, el peor resultado de la historia, la peor versión de la falta de profesionalismo con escándalos casi orgiásticos. Añadido a que los defectos futbolísticos parecen haber crecido exponencialmente. Al compararnos con otras selecciones, está claro que las demás han evolucionado mientras la nuestra está hundiéndose cada vez más en las arenas movedizas de sus propios errores y carencias. Como aficionados, esperemos que esta situación se revierta y que los cambios que deban hacerse se hagan y no queden solo en discursos que terminan siendo engañosos cantos de sirena. Debe examinarse qué es lo que han hecho aquellos que han subido su nivel en los últimos años para conseguirlo y dejar de ocupar el último escalón del continente.

1 comentario:

  1. Hola amigo,muy bueno tú blog de deportes y bien informado.Saludos y visitame.

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