La clasificación que Francia ha logrado se debió a una jugada que debió haber sido invalidada. Como consecuencia, Irlanda fue eliminada con una jugada vedada y perjudicada ante los ojos de millones de espectadores en el mundo. Además del perjuicio deportivo y la frustración que significa para los hinchas el que su selección no esté presente en el torneo, podemos mencionar también las pérdidas económicas que se derivan de esa ausencia en la máxima competición deportiva del planeta. El fútbol tiene un conjunto de reglas que lo definen como deporte, y entre ellas está la prohibición del uso de las manos por los jugadores de campo, salvo para sacar los laterales. La FIFA ya anunció que el partido no se repetirá por más que los irlandeses protesten y
que el propio Henry haga un "mea culpa" que se supone es sincero. Puesto que el resultado no cambiará y Francia estará en el mundial sí o sí, no es saludable para el deporte que esta infracción quede así sin más ni más. De lo contrario, deberíamos ir escribiendo nuevas reglas que permitan usar las manos o que permitan otras mañas que muchos saludan como parte de la cultura del fútbol.

Algunos comentaristas se han referido al hecho como parte natural del fútbol, que sin este tipo de avivadas no sería el deporte apasionante que es, y que los que afirman que este tipo de cosas no deberían existir son poco menos que tontos. Comentaristas que siguen ciegamente el tenor de un gran sector del periodismo argentino que celebra la "Mano de Dios" de Maradona en México 86 y que creen a pie juntillas todo lo que venga de esos lares. Desde luego que nunca van a decir nada en contra de tales artimañas. Bastaba observar en los días posteriores al partido la naturaleza de sus comentarios, hablando de ello como algo gracioso y sin mayor importancia. Pues la tiene para el beneficio del juego. En tal caso, no deberíamos quejarnos de la "criollada" de la que tanto protestamos todos los días, el gran deporte nacional de sacarle la vuelta a las reglas.
Debe haber alguna sanción. Un castigo pecuniario sería algo de poca efectividad porque tanto el jugador como la federación francesa lo pagarían sin problema y aquí no pasó nada. Una suspensión a Henry de un número de partidos de la selección francesa tampoco lo sería, pues programan suficientes amistosos y ya está. Se me ocurre que la FIFA no debería permitir a Thierry Henry jugar el mundial. Ese sería un mayor y más efectivo escarmiento para aquellos que recurren a las jugadas vedadas y celebran el engaño como medio justificado de alcanzar logros deportivos.
Una nota aparte merece la imagen de Henry sentado junto al defensor irlandés Richard Dunne tras el final del partido, sentado junto a él como si la culpa lo abrumara, y a pesar de eso, conversa tranquilamente con él de lo más natural. Si Dunne fuera de alguna otra selección, seguro habría agarrado a puñetazos al francés. Y en entrevistas posteriores, Henry dijo "sí fue mano, pero yo no soy el árbitro". Un poco descaradas sus declaraciones, ¿no creen? Repito, a Thierry Henry no se le debe permitir jugar el mundial.
A continuación, un video resumen del partido que muestra la mano escandalosa del delantero francés.
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